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MARGARITAS

martes, 15 de julio de 2014

SAHARA




Que las gotas de agua dulce
 de tus lágrimas
Rieguen la piel salada
 del desierto yermo
Que sus arenas,
Finas
cual inertes pavesas
del averno
doradas por un sol sin tregua
que calcina
Florezcan como lirios
 sempiternos
y conviertan en vergeles
sus calveros.


                                        honorio Poveda

viernes, 4 de julio de 2014

PINOCHO

                     
Soy un Olmo y estoy talado, conocí a Pinocho cuando ya tenía una edad avanzada y estaba en una etapa decadente. Había dejado de ser popular y olvidado por todos sus amigos, la carcoma, debido a una grave enfermedad, consumía lentamente su apéndice nasal.
Una tarde de verano, Encina, su esposa, le sorprendió en aptitud francamente sospechosa con acacia, una vecina suya, – por meter tus narices donde no debes – le espetó, a la vez que de un tajo le aserró la nariz.


Desconsolado, vino hacía mi solicitando ayuda, aferrándose con tanta fuerza que me rompió por el tronco para siempre. No se pudo hacer nada para salvarlo.


                                                                            Honorio poveda

DISPARA-TES

Una nube, desairada por el viento al haberla dejado por una tormenta, se dejó seducir por una tornado

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Un hombre, en Bilbao, se partió la columna al intentar doblar una esquina.
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Hoy tengo ganas de matar el tiempo, pero me contengo.
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                            AGUSTÍN
Agustín, haciendo honor a su nombre, siempre había sido un hombre contento, en el trabajo, con los amigos o en casa. Disfrutaba, sobre todo, cuando llamaban por teléfono. Qué a gusto se quedaba ¡¡ - estoy de maravilla - Respondía.  

Hasta que se casó con una mujer que, a la vez, siempre se había llamado Agustina, y murieron ambos en uno de sus excesos de satisfacción.