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MARGARITAS

miércoles, 31 de diciembre de 2014

miércoles, 24 de diciembre de 2014

jueves, 11 de diciembre de 2014

jueves, 4 de diciembre de 2014

LEGEM VIOLAVIT







JUEGO DE NIÑO



DE NIÑO, QUISE JUGAR CON LA LUNA
PENSANDO QUE ERA UN FAROL
MAS NUNCA TUVE FORTUNA
Y ME QUEDE CON EL SOL
PUES ELLA NO VINO A MI CUNA
Y AL CIELO NO SUBI YO
SUEÑO ROTO TAN TEMPRANO
DE TRISTEZA ME INUNDO
¡¡ AY, COMO TE ENCUENTRE LUNA
AHORA, QUE YA SOY MAYOR ¡¡


                                                                                             Honorio Poveda

sábado, 29 de noviembre de 2014

EL TORO Y EL TORERO










CAMBIO CLIMÁTICO




PERDIDOS









GOTAS DE LLUVIA



Llueve
Las gotas de lluvia rompen el cristal de mi ventana
Dibujando pentagramas como gotas sostenidas de metal
Hay corcheas, fusas, semifusas y difusas
Hay gotas negras, gotas blancas
Hay gotas como pétalos de azahar
Gotas que se rompen como sueños
Y gotas que se pegan al cristal
Mientras llueve, las gotas de lluvia
Bailan, cantan y se van.


                                                                                             Honorio Poveda

sábado, 15 de noviembre de 2014

SOÑETOS



ANOCHE SOÑÉ QUE SOÑABA
SOÑÉ,  BONITA ILUSIÓN.
MIENTRAS SOÑABA TE AMABA
INUNDADO DE PASIÓN
Y COMO LOCO TE DABA
ABRAZOS SIN RENDICIÓN.

ANOCHE SOÑÉ,
 QUE EL SUEÑO NO TERMINABA
 Y EN TUS PECHOS ME ACUNABA
HASTA PERDER LA RAZÓN
MIENTRAS TUS LABIOS BESABA
 INUNDADO DE PASIÓN.

ANOCHE SOÑÉ QUE SOÑABA
SOÑÉ, FALAZ ILUSIÓN
SOÑÉ QUE ME DESPERTABA
SOÑÉ, QUE LOS SUEÑOS

SOLO SUEÑOS SON.

DESAFECTOS

TRIBUNAL DE LA ÉTICA

viernes, 7 de noviembre de 2014

jueves, 6 de noviembre de 2014

sábado, 18 de octubre de 2014

ACHARES



Toda su vida había trabajado en una floristería. Cuando se jubiló, cuidaba y atendía con esmero el rosal que había plantado, hacía años, en el patio de la casa donde vivía con su esposa, ROSALíA y su única hija, FLOR.

Aquella mañana de primavera, como de costumbre, salió de casa temprano. Lucía una ROSA de colores deslumbrantes, bien sujeta en el ojal de la solapa de su chaqueta, y desprendía un cautivador perfume. Se dirigió al parque donde recalaba asiduamente, se sentó en el mismo banco de siempre junto al jardín botánico, donde pasaba largas horas presumiendo de su ROSA ante la diversidad y colorido de tantas flores.

Ya no regresó a casa, cuando lo encontraron estaba tendido en el suelo con el tallo de la ROSA, que tan orgullosamente portaba en la solapa, clavado como un punzón en su pecho, con tal fuerza que le había partido el corazón.

Extendidos por su cuerpo, permanecían adheridos pétalos en  disposición violenta, encarnados por la ira y turbados por los celos.

Sobre la madera del banco se adivinaba, escrito con premura, sus últimas palabras,
 

Ellas…..son ellas quienes te admiran y envidian. Celosa….eres una celosa…y….me estás matando AGGGGGGG
                                                                                                        Honorio Poveda
                                                    



jueves, 16 de octubre de 2014

EL LADO OSCURO DE LA LUNA, MARTE.

                                    newspaper lying
                                                 THE MOON

                                      de nu3stro cor3sponsal en la ti3rra
                                                                    Juy, 5 2016                                                                               
  
Científicos de la NASA (La tierra) han confirmado el hallazgo de signos que certifican la existencia de vida antigua en Marte.
En una de las rocas, donde tomaba muestras un robot enviado desde el planeta  tierra, se han descubierto unos grabados con caracteres de grandes dimensiones, donde se puede observar con suficiente precisión escritas las palabras, “Mate & Miécole”.  
Su datación corresponde a la época más cercana a la teoría del Big Bang o la gran explosión, y habrían sido escritas  por indígenas de aquel planeta hace millones de años.
Se está analizando la  roca para consignar si pudiera pertenecer a alguna hoja de almanaque antiguo, o si fuese parte de algún calendario más reciente en que el periodo de tiempo de una semana constaría solamentede de dos días, o bien pudiera ser alguna señal de socorro, o grito agónico escrito por el último un habitante del planeta, unos segundos antes de perecer a causa de haberse desarrollado una lucha cruenta entre diversas facciones, y prolongada durante siglos, o grupos por conseguir el control político.
Debido a la extinción y descomposicion de la clase marcianoide, y de toda la flora y fauna que  estos sucesos habrían provocado, la ulterior emanación de gases tóxicos habrían causado la contaminacion letal de la atmosfera y hecho inhabitable la vida en aquel planeta.

             Aquí, en la tierra, todo sigue igual, o peor?.

lunes, 13 de octubre de 2014

DICCIONARIO

Aquel 31 de diciembre, aprovechando las sombras de la noche y amparándose en las horas en que toda la ciudad celebraba los festejos por la llegada del nuevo año, unas decenas de antónimos, apoyados por varios sinónimos insatisfechos por el trabajo precario y la falta de protagonismo a que estaban reducidos, y que consideraban injusto, asaltaron la sede de la Real Academia Española de la Lengua. 
Entrando por una ventana abierta que un homónimo cómplice de los asaltantes había dejado expresamente, redujeron a los parónimos que se encontraban en esos momentos custodiando la academia,  y secuestraron el diccionario.

                                                             honorio poveda

jueves, 9 de octubre de 2014

LA FUENTE



LA TARDE SESTEABA
UN SOL INCLEMENTE
PLANEABA IMPASIBLE
EXTRAMUROS
SOBRE LA PLAZA SOLITARIA

UNA FUENTE
PEREZOSA
 COMPLACIENTE
CON ESMERO DERRAMABA
GOTAS DE TEDIO
Y ESPUMA BLANCA
QUE HASTA EL CIELO
COMO UN SUSPIRO
SE ELEVABAN

 INCITANTE
SEDUCTORA
LA FUENTE, ALTIVA
SOÑABA.

ENTRE SUEÑOS
UNA  GOTA SUSPENDIDA
EN EL AIRE
MURMURABA.
ES
LA HORA DE CULTO
LA HORA MÁGICA.
                                                                                    honorio poveda.                                                                                     

sábado, 4 de octubre de 2014

EL BANCO


No sé cómo decirlo, estoy acongojado, apenado, entristecido, afligido, consternado, apesadumbrado, contrito, abrumado, no sé bien, no sé cómo definirlo.
Desde hace varias noches sueño que estoy sentado en un BANKIO de la calle Muntaner de Barcelona, junto a una señora, prima de RIESGO me dice que se llama. Yo niego conocerla
De pronto aparece por allí Rajoy, ojeroso y con aspecto de cansado. Me pregunta si he visto a zapatero, y como le digo que no,  se enfada y quiere obligarme a que pague una tasa o me vaya del BANKIO para sentarse él un RATO. Gracias a la prima que se puso muy seria y consiguió asustarlo y hacer que se fuera corriendo, aunque volvía la vista atrás frecuentemente como si tuviese miedo a que le persiguiera alguien.
A continuación pasa una señora portando una bandera alemana y me dice, de mala forma y manera,  “qué hace Ud. Sentado? , tendría que estar trabajando”. Abraza efusivamente a la prima y sin que me diese tiempo a contestarle continúa su camino.
Le siguen en silencio una comitiva de gente con banderas, portuguesas, griegas, irlandesas y españolas, también alguna italiana, todos muy bien vestidos y portando unas tijeras enormes. Por último, aparece un chico joven, enarbolando un gran cartelón donde pone, 15M, le pregunto si es porque es San Isidro y me contesta que está indignado y que van a disolver el BANKIO. Me levanto e intento dialogar con él pero no me contesta, cuando regreso al BANKIO la prima de riesgo se ha ido llevándose mi cartera. Me la ha GUINDAO. Creo que me desmayo, y cuando recupero el sentido, sobresaltado y sudando, no reconozco el lugar donde me encuentro hasta que veo a zapatero contemplando el cielo, tumbado en una hamaca y contando las nubes.

Ahora ya si sé como decirlo: estoy "acongojado".

GLOBALIZACIÓN

Su nombre no importa mucho. Digamos que se llama M.C. y que tiene 58 años. Nació en Gibraltar, accidentalmente. De padre irlandés y madre italiana, conoció a su esposa Ellen en España, chilena de nacimiento y con nacionalidad canadiense, donde sus padres habían emigrado.
Trabaja como directivo en una multinacional suiza con sede central en Zurich y delegaciones en Tokio, París, New York, Londres, El Cairo, Buenos Aires, Singapur, Barcelona y Bilbao, por lo que tiene sus intereses  repartidos, tanto laborales como personales, por los cinco continentes.
Su primer hijo, Sinhué, actualmente reside en Bruselas, donde trabaja para la C.E.E.,  nació inesperadamente durante unas vacaciones en Egipto.
El segundo, Robert, tiene nacionalidad americana y trabaja en Boston, donde reside.
El tercero, bueno, la tercera, se llama Ainhoa, nació en Bilbao y estudia en Madrid, donde vive con su novio, un estudiante cubano.
Por último, la benjamina de la familia, Eme, una niña vietnamita de seis años adoptada durante su estancia en Singapur.
Una mañana de domingo, viendo las noticias del mundo en  la CNN, mientras almorzaba, Eme le soltó la pregunta.
 - Papá, qué es eso de la globalización?

y una pícara sonrisa se dibujó en sus labios. 

viernes, 26 de septiembre de 2014

UN DÍA DE OTOÑO


Hubo un año en que un día, del mes de septiembre, quiso saltarse el calendario. Desde entonces, ese día, vuela flotando entre las nubes vaporosas del otoño.


jueves, 18 de septiembre de 2014

UN PASEO POR EL COSMOS



A veces sueño ser libre
   y me siento volando
      sobre el lomo invisible del viento
         por una noche infinita
            en que la luna
                vestida de nácar
                    transita confiada.
Rutilantes perseidas
   huyendo veloces
      rasgan el éter
          hasta perder el aliento.
Navego sin rumbo
   cenit celeste
       esfera imaginaria
           durante un lapso
               que fuera eterno
                   de esta suerte vagaría
                       año tras año
                          día tras día.
Desde este púlpito empíreo
   y sempiterna calma
      te observo gleba 
          modesta tierra
             hálito de vida nimia
                 ínfimo ponto caduco
                    y morada
                        de fugaz estancia.
Desciendo, proa al viento
   liviano de peso 
     liviana el alma
       por el camino ampuloso
         de la vía láctea.
             Un céfiro suave 
                 me acaricia la cara.
Se diluye la noche
   apunta ya
      el advenimiento del alba
          henchida de bóreas llega
              teñida con oro y plata
En un soplo.
La estrella polar se apaga.                     

                                                                                     Honorio poveda

   


miércoles, 10 de septiembre de 2014

martes, 9 de septiembre de 2014

martes, 5 de agosto de 2014

martes, 15 de julio de 2014

SAHARA




Que las gotas de agua dulce
 de tus lágrimas
Rieguen la piel salada
 del desierto yermo
Que sus arenas,
Finas
cual inertes pavesas
del averno
doradas por un sol sin tregua
que calcina
Florezcan como lirios
 sempiternos
y conviertan en vergeles
sus calveros.


                                        honorio Poveda

viernes, 4 de julio de 2014

PINOCHO

                     
Soy un Olmo y estoy talado, conocí a Pinocho cuando ya tenía una edad avanzada y estaba en una etapa decadente. Había dejado de ser popular y olvidado por todos sus amigos, la carcoma, debido a una grave enfermedad, consumía lentamente su apéndice nasal.
Una tarde de verano, Encina, su esposa, le sorprendió en aptitud francamente sospechosa con acacia, una vecina suya, – por meter tus narices donde no debes – le espetó, a la vez que de un tajo le aserró la nariz.


Desconsolado, vino hacía mi solicitando ayuda, aferrándose con tanta fuerza que me rompió por el tronco para siempre. No se pudo hacer nada para salvarlo.


                                                                            Honorio poveda

DISPARA-TES

Una nube, desairada por el viento al haberla dejado por una tormenta, se dejó seducir por una tornado

                            ............


Un hombre, en Bilbao, se partió la columna al intentar doblar una esquina.
                            ............

Hoy tengo ganas de matar el tiempo, pero me contengo.
                            ............
                              
                            AGUSTÍN
Agustín, haciendo honor a su nombre, siempre había sido un hombre contento, en el trabajo, con los amigos o en casa. Disfrutaba, sobre todo, cuando llamaban por teléfono. Qué a gusto se quedaba ¡¡ - estoy de maravilla - Respondía.  

Hasta que se casó con una mujer que, a la vez, siempre se había llamado Agustina, y murieron ambos en uno de sus excesos de satisfacción.

lunes, 30 de junio de 2014

HORÓSCOPO PARA LOS MESES DE JULIO Y AGOSTO


 Arrímese al sol que más alumbra, busque un lugar donde no esté nublado, no llueva, y el  Mercurio ronde siempre los 25 grados. Pásese por Venus si quiere encontrar algo  de amor y no escuche las propuestas y promesas de personas que no conozca. Ignore las noticias que le llegan a través de cualquier medio, desconecte la televisión indefinidamente, los programas más habituales se componen de: tertulianos irascibles, grandes hermanos recluidos en una habitación con vistas y otras lindezas que le pueden causar daños irreparables en su autoestima, y afectar gravemente a su  salud mental. Sálvese como pueda. Si busca la felicidad puede que la encuentre en Júpiter o Saturno, las existencias ya están casi agotadas por aquí. La suerte está echada y deberá buscarla nuevamente por navidad en el sorteo de la lotería. En esas fechas  todo le será muy dulce. No deje que nadie controle su vida e invierta  el dinero en viajes placenteros antes de que se lo embargue la emoción y sus impuestos. El miércoles  13 de Agosto, por primera vez en su vida, recibirá una llamada telefónica por la que  se le comunica que ud. - “ha sido agraciado” – y se le invita a participar en un evento para dar a conocer  el estreno de un paraguas sin mango, accionado mediante la voz, y donde le regalarán un magnífico jamón serrano chino, el evento se desarrollará en el salón “Luna” de un hotel de cien estrellas.

martes, 17 de junio de 2014

MATAR EL TIEMPO

Me desperté temprano. El reloj marcaba la hora, 8,15, del día, 16.06.2014. Desayuné despacio. Como siempre tostadas con mantequilla y mermelada,  y café con leche. Salí de casa con cuidado de no hacer ruido. Cerré la puerta con llave y bajé las escaleras, desde un tercer piso, saltando los escalones de dos en dos.
No tenía ningún plan. Nadie me esperaba. Yo no esperaba a nadie y no sabía exactamente qué hacer con el tiempo. Reflexioné durante unos minutos.  
De repente, se me ocurrió la idea.  En muchas ocasiones había oído hablar de amigos y conocidos que, en ciertas situaciones, sabían como matar el tiempo.
Si tengo todo el tiempo del mundo para mi, y no se que hacer con él, pues vamos a tratar de matar el tiempo. Me animé a mi mismo.
Por suerte, ese día,  el tiempo era muy bueno. El sol comenzaba a calentar la mañana y solo una nube blanquecina, que dibujaba la figura del rostro de una persona humana, se colgaba caprichosamente  del cielo esbozando una sonrisa  me infundió cierto desánimo.
Conforme iba atravesando la ciudad, mi idea de matar el tiempo se fue dulcificando. Tampoco es necesario que lo mate, con darle un susto y exigirle que me devuelva parte de mi tiempo perdido habría suficiente. Hice un cálculo, a groso modo, del importe que  podría suponer el valor de ese tiempo, y llegué a la  conclusión de que la cuantía total podría ser la friolera de unos treinta años, así que me hice la siguiente  composición - si consigo vencer al tiempo podría regresar a vivir otra juventud - O eso creía yo.
Caminaba pensativo cuando unas bolas de hielo grandes como pelotas de tenis comenzaron a chocar contra  mi cabeza y el suelo donde rebotaban haciendo un ruido ensordecedor. Miré hacia el cielo y pude ver que de la nube blanca se había borrado el esbozo de la sonrisa y se había convertido en una gran nube que asemejaba la figura de un ogro gigante en actitud  amenazante.
Pude encontrar el portal de una casa abierta donde conseguí refugiarme hasta que cesó la granizada.
Como jamás, en toda mi vida, había matado el tiempo, no tenía experiencia y mi impresión, después del primer incidente, fue la de que no era tan fácil como pensaba en un principio.
Ahora caminaba precavidamente, mirando al cielo con recelo. La nube había desaparecido totalmente y no quedaba nada del boceto gigante con  semblante amenazador. No se veían nubes. Sin embargo pude observar como a lo lejos una polvareda formando una creciente columna giraba desafiante sobre si misma, subiendo desde el suelo hasta una altura que no podía determinar, donde se expandía convirtiéndose en una masa oscura que se desplazaba hacia mí a una velocidad vertiginosa.
De pronto, me ví engullido y arrastrado por un remolino enorme que me llevó en su entresijo por los aires durante un buen tiempo, para mi interminable, hasta que quiso dejarme caer  como un fardo a   una larga distancia de donde me encontraba.
No sé cómo pude llegar hasta casa. Exhausto y magullado me dejé caer sobre la cama. El reloj seguía marcando la misma hora,  8 horas, quince minutos del día 16.06.2014. Al menos había conseguido que se parase el tiempo durante unas horas.

Lo volveré a intentar otro día. Seguramente había elegido mal tiempo



                                                                                  Honorio poveda

sábado, 10 de mayo de 2014

LA REBELIÓN DE LOS PEONES



Siempre que no podía dormir acostumbraba a jugar una partida de ajedrez. Aquella noche era muy tarde, tal vez las 2 o las 3 de la madrugada y no había manera de que pudiera  conciliar el sueño.

Salté de la cama. Busqué el tablero en el armario empotrado del dormitorio. Las piezas no estaban en el mismo lugar que yo las había dejado la última vez, dentro de la caja en la que, habitualmente, acostumbraba a colocarlas. Las encontré a todas juntas y revueltas en uno de los cajones situados en la parte alta del armario, escondidas bajo un edredón.

Aquello me pareció sospechoso.

Volví a la cama, abrí el tablero cuadriculado de 8X8, casillas alternadas en blanco y negro. Coloqué debidamente las 16 piezas negras en un lado y las otras 16, blancas, en el lado de enfrente.

Estaba preparado para comenzar la partida.

Yo mismo hice el sorteo - cara, negras, cruz, blancas - tiré una moneda al aire  caras, pedí - otra vez me vuelven a tocar las negras - me salió del alma.

Inspeccioné una por una a mis 16 piezas negras para darles ánimo. Allí estaba el rey, la dama, los dos alfiles, los dos caballos, las dos torres y los ocho peones, todos colocados en su sitio, listos para la batalla. Después de unos segundos preparando mi estrategia y en el mismo momento en que iba a mover el peón, éste, con un movimiento tan ágil y rápido que me recordó un relámpago, saltó varias casillas a la vez y se fue a colocar frente a uno de los peones blancos, pude ver como estuvieron unos instantes conversando hasta que, de otro salto veloz, volvió a colocarse en su casilla de salida. Le siguió inmediatamente su compañero blanco.

Se dirigieron hacia mí. Me miraban a los ojos, desafiantes.

- Te comunicamos nuestro firme propósito de no volver a jugar mientras que no se de una solución a todas las peticiones que te vamos a formular - dijo de forma taxativa. 

Me quedé tan sorprendido que tardé unos minutos en contestar.

- ¿Por qué? - Logré balbucear. 
A continuación pasó a enunciar una larga lista de reclamaciones.

- Los peones negros nos negamos a jugar mientras que no se tomen en serio todas nuestras peticiones.

- Exigimos:

- Una mejora en el trato, que cuando la partida no te vaya siendo favorable, dejes de achacarlo a que “las cosas se están poniendo negras”, con cierto tono burlón.

- Que se nos reconozca la misma categoría laboral que al rey, la dama, los alfiles, los caballos, y las torres.

Esta vez me quedé mudo.  El peón negro continuó. 

- Un seguro de vida que cubra los riesgos a la exposición constante de las acciones peligrosas que debamos realizar.

- Armonizar las obligaciones de los peones con los demás integrante del tablero.

- No estamos dispuestos a trabajar en días festivos ni a hacer horas extraordinarias.

- Que la semana laboral no sobrepase nunca las 10 horas distribuidas de lunes a viernes, como convenga, bien por la mañana o por la tarde y nunca en horario nocturno.

- Que el peón no sea la única unidad dinámica y fundamental de las piezas, y que se nos deje de considerar la pieza más débil y más lenta.


- Que el peón no sea la única pieza que no puede retroceder. Los compañeros blancos nos apoyaban todas las peticiones.

- Apoyamos en todos sus puntos las reivindicaciones de los compañeros negros - dijo el peón blanco -

Todos aplaudieron.

Ya no pude seguir escuchando. Nunca me habían hablado de aquella manera.

Quizás tenían razón y yo era un tipo vil y despreciable. Me sentía aturdido.

Intenté cerrar el tablero y recoger las piezas para guardarlas pero llegué tarde, todos, el rey, las damas, los alfiles, los caballos, las torres y los peones, negros y blancos, se habían subido encima del televisor, el rey blanco me miraba con conmiseración - pobre qué mal lo debe estar pasando - debía pensar.

 Las damas reían armoniosamente mientras bailaban la macarena.

Los alfiles se burlaban de mí sacándome la lengua.

Los caballos jugaban a saltarse las torres - acabarán haciéndose daño - me asusté.

Y los peones gritaban consignas contra mí, imposibles de reproducir.

Enfurecido, tiré el tablero contra el suelo con todas mis fuerzas, salté de la cama y me marché de casa.


Todavía no he vuelto.



                                                                                        Honorio poveda

MI MALA SOMBRA



                                          

Caminaba lentamente, la ciudad, solitaria, parecía dormida y sin ánimos de levantarse. El sol ya estaba en todo lo alto y castigaba severamente con sus rayos. Por su altura, calculaba que serían las once o las doce de la mañana.

No sabía reconocer en donde estaba, y me encontraba solo. De pronto me pareció ver un guardia a lo lejos y me acerqué corriendo – Agente, por favor, dígame, ¿donde estoy?- No me respondió. Como si yo no existiera.

Seguía caminando y más adelante distinguí a un transeúnte que esperaba en un semáforo para cruzar la calle, cuando llegué a su altura había desaparecido como un espejismo.

Ya deberían ser las 13 y comenzaba a impacientarme. Sentía como se me atenazaban los músculos del cuerpo. El corazón me latía con fuerza debido al miedo que empezaba a agarrotar y controlar mi mente. Aceleré los pasos tratando de huir de aquella situación irracional en la que me encontraba cuando advertí que me seguía una sombra. Me paré en seco. La sombra se paró también. Era alargada y mucho más grande y gruesa que yo. No tuve el valor de decirle nada. Intenté despistarla dando pasos rápidos en distintas direcciones pero no me sirvió de nada. La sombra continuaba allí, siguiéndome, a veces crecía desmesuradamente y otras se reducía de manera alarmante o desparecía para despistarme, así durante horas.

Comencé a correr desaforadamente, con todas mi fuerzas, hasta que no pude más, giré la cabeza a todos lados y – ¡ uf, por fin ya no estaba¡. Había dejado de perseguirme.

Fui a sentarme en un banco y al hacerlo pude ver como la sombra también se sentaba al compás conmigo, ahora estaba más pequeña y le perdí el miedo. La insulté con los insultos más soeces y obscenos que pude recordar. La pisé durante un largo rato a pesar de que intentaba esconderse. - ¡La maldita sombra. - Por qué tenía que seguirme ¡-. Me detuve por un momento y observé que no se movía. - Quizás estaba muerta - . Me arrepentí de haberla pisado con saña. Yo no era así. No sabía porque había reaccionado de una manera tan brusca. El sol trataba de ocultarse detrás de un rascacielos en construcción.

Reanudé el camino. Se había hecho casi de noche. La sombra ya no me seguía. Gente paseando alegremente por las calles y hasta el ruido de los coches me sonaba como  un concierto de Vivaldi.

Esa noche, mientras dormía, me despertó un ruido. Encendí la luz, abrí la puerta de mi habitación y salí al pasillo. Allí, de nuevo, estaba la sombra. Aterrado me quedé inmóvil. Se abalanzó sobre mí, me cogió del cuello y apretó fuertemente hasta no dejarme respirar. Notaba como  me faltaba el aire cada vez más y más. 



Cuando pensaba que no resistiría más más me desperté. Te seguiré durante toda la ida, me dijo, y se marchó apagando la luz. 

Era mi sombra, mi sombra quien había intentado estrangularme.


                                                                                Honorio poveda
   



GRANADA



EL CREDITO

La mañana presagiaba un buen día primaveral y animaba a  soñar.
Paseaba con lentitud tratando de absorber con el cuerpo los lacerantes  rayos de sol que, sin remedio, caían perpendicularmente con fuerza a esas horas tan tempraneras sobre mi cabeza, desprovista de cualquier elemento que la pudiera proteger con eficacia.
Bandadas de vencejos volaban en formación girando a grandes velocidades por encima de los tejados. Pronto llegarían las golondrinas.
Al pasar por una oficina del banco de crédito general,  se me ocurrió que podía hacer un viaje de esos que no había podido hacer en toda la vida por falta de tiempo, tiempo que ahora me sobraba.
Reuní fuerzas y con decisión entré a solicitar un crédito.
Atravesé la puerta sin dificultad, no había ningún arco de seguridad en prevención de atracos. Ya  dentro de la oficina observé que no había ningún cliente. A  la izquierda de la entrada salía un pasillo con una flecha pintada en la pared y el rótulo CREDITOS BLANDOS que señalaba hacia el fondo. Seguí el camino que marcaba la flecha y al cabo de unos 10 metros me percaté de que el final del pasillo era una pared blanca que cerraba el paso, y otra flecha pintada señalaba hacia la puerta que daba a la calle, así que deshice los pasos andados hasta llegar de nuevo a la entrada.
Con una rápida mirada de inspección, averigüé que había  seis mesas dispuestas en tres filas de dos, separadas una de otra por escasos centímetros, y una solitaria, mayor que todas, situada al fondo.
En una de las dos mesas de la primera fila había un cartel, donde se podía leer CAJA, y en la otra CRÉDITOS. Del resto de mesas solamente en la solitaria del fondo se advertía un cartel. Unas letras grandes indicaban sin temor a equívoco quien ocupaba aquella mesa, SR. DIRECTOR, parecían gritar. Tras ella se podía adivinar, semioculto, otro pasillo con una flecha pintada, aunque no fui capaz de averiguar qué anunciaba la flecha.
Me acerqué hasta la mesa en la que había el cartel de CRÉDITOS y en letras pequeñas Sr. Valentín.
- Buenos días – saludé.
- ¿Dígame, qué desea? – contestó con voz seca y autoritaria un chico joven, con un corte de pelo erizado con gomina y traje muy parecido a su nombre Valentino.
- Yo venia a solicitar un crédito.
- ¿Qué cantidad necesita?
- Poco, con diez mil euros me arreglo, es para hacer un viaje, un viaje soñado que no he podido realizar nunca por falta de tiempo
- Ahórrese comentarios y deje de soñar, tiene que rellenar un formulario
- Déme uno, por favor.
- Vaya a la mesa de al lado, donde pone CAJA, pida un impreso para solicitar un crédito y una vez rellenado vuelva otra vez aquí.
Sin apenas moverme ya estoy en la mesa de CAJA. La chica, con traje de valentina joven, seguramente había oído toda la conversación, sin embargo me obligó a empezar de nuevo. Parecía más simpática. Debía ser becaria o sin bautizar pues no tenía nombre.
- Buenos días, señorita.
Silencio, me responde un silencio.
- ¿Me da un formulario para solicitar un crédito?
- por favor, recalqué con fuerza.
Levantó la mirada del teclado y me miró con sus ojos azules. Eso me dio muchos ánimos
- ¿Que cantidad necesita?
- Por fin me ha visto, exclamé sin poder evitarlo.
- Necesito unos diez mil euros.
Silencio, de nuevo
- Es para hacer un viaje, un viaje soñado que no puede realizar nunca por falta de tiempo. Ahora me sobra tiempo. – y le dediqué una sonrisa
Abrió uno de los cajones de la mesa y saco un papel.
- Tome este impreso, son 49,50, lo rellena y vuelve a la mesa de créditos
- ¿49,50 por un impreso? Pues dedúzcamelo del crédito.
- 49,50, y en metálico. Y no me haga perder el tiempo a mí, que no me sobra.
- No llevo dinero encima
- Bien, lo podemos arreglar si lleva alguna tarjeta de crédito.
- Si, la llevo pero es de otro banco
- No importa, vaya a la última mesa, la que está sola, es la mesa del director.
- Sorteé hábilmente, haciendo quiebros con la cintura, la primera y segunda fila de mesas hasta llegar a la del director
- Buenos días. Vengo de créditos me han dicho que debía pasar por aquí.
- Ya le he visto. Déjeme su tarjeta. Cuanto dinero necesita. Dígame el importe. Todo lo dijo sin respirar. En algún momento tuve la impresión de que se ahogaba.
- 50 euros - dije
- Le tendré que cobrar la comisión
- ¿Que comisión?
No me contestó
Pasó la tarjeta por un terminal abrió un cajón de su mesa y me dio los 50 euros y el ticket de la operación
- Joder si me ha cobrado 100 euros – Exclamé sorprendido al comprobar el ticket.
- Es la comisión mínima que podemos cobrar, y si ud. En vez de necesitar  50 euros me hubiera solicitado 51, la comisión habría subido a 90 euros. Así que esta ud. De suerte, se acaba de ahorrar 40.
 - La madre que los parió. – Creo que oyó mi comentario pero estaba ocupado contando billetes de 50 euros. Seguro que no había sido yo el primero.
De nuevo en la mesa de CAJA
- ¿Le ha atendido bien el director?
- Pues casi me ahogo del susto pero ya ha pasado.
- ¿Tiene los 50 euros?
- ¿No eran 49,50?
- Si, pero los 50 céntimos son para el colegio de huérfanos del gremio.
- La madre de Dios, déjeme el impreso.
Tiré el billete de 50 euros con fuerza para que cayera al suelo y tuviera que agacharse y me moví, arrastrando los pies por el suelo hasta quedar frente al valentino. Rellené el impreso y se lo dejé caer en la mesa. Lo cogió sin mirarme y se puso unas gafas negras que parecían de sol.
- Pero hombre si es usted jubilado, habérmelo dicho antes. Le hubiera salido más barato.
- Más barato, Grité.
- Pues claro, se hubiera ahorrado los 50 céntimos.
- Señor, ud. vive de alquiler, no tiene ninguna propiedad y su pensión es muy baja, cómo tiene la desfachatez de solicitar un crédito. Me pone las cosas muy difíciles.
- Vuelva a la mesa del director.
Ya estaba recelado y comenzaba a sentirme cansado. Salí directo hacia la mesa del director
- Pero hombre de Dios - exclamó -  cómo no me lo ha dicho.
- Mire - me dijo señalando el pasillo que había a la entrada con el rótulo de, CRÉDITOS BLANDOS.- Vaya por aquel pasillo y siga las indicaciones de la flecha.
 - Ya estuve por ese pasillo al entrar y lleva a la calle directamente - contesté con la cara desencajada.
- Ah, perdone, perdone, aquel es para los CRÉDITOS BLANDOS y  es ud. Jubilado. -- Le corresponde el de los CRÉDITOS DUROS SOLO PARA JUBILADOS.
El director miró hacia atrás, donde estaba el pasillo del fondo que yo había observado al entrar y que mi vista no alcanzó a leer el rótulo.
- Es ese, el pasillo del fondo, el que debe seguir. Haga caso a la flecha hasta el final. No se preocupe si no quiere volver.
Es lo que quería, no tener que volver. Caminaba raudo hacia el pasillo cuando la curiosidad me hizo volver la cabeza al escuchar el sonido de unos aplausos.
Allí, junto a la mesa del director, estaban todos aplaudiendo. En primera instancia pensé volver y devolverles los aplausos en sus caras pero, vestido como iba, con pantalones y zapatos de pitillo, y con las carreras que me habían obligado a dar, mis fuerzas se habían desvanecido y no estaba seguro de salir airoso.
El final del pasillo me llevó a una plaza donde había varios autocares, con unos carteles en el parabrisas que ponía VIAJES INSERSO - DE BARCELONA A  FINIS TERRAE -, esperando a sus pasajeros.

- Ya no quiero los diez mil euros. La aventura me ha costado cien euros y he terminado agotado, pero estoy contento. Podría haberme salido más caro, si continúo en el banco acabo gastando los diez mil euros del crédito.

                                                                                     Honorio poveda